viernes, 14 de febrero de 2014

Psicología política latinoamericana

Por Eduardo Viera
Empieza el año, empezamos a compartir espacios. El PPL retoma actividades.
https://www.facebook.com/pages/Psicología-Política-Latinoamericana-Uruguay/153607584820001?ref=ts&fref=ts

Nuestro enfoque parte de praxis y posicionamientos teóricos, éticos y
epistemológicos sustentados en la Psicología de la Liberación (Martín-Baró, 1986),
disciplina que reconoce influencias y continuidades del pensamiento de la Filosofía de
la Liberación (Hinkelammert, 1984; Dussel, 1979, entre otros), de la Teología de la
Liberación (Boff, 1975; Ellacuria, 1985; Gutiérrez, 1971; Frei Betto, 1987, etc.), la
Educación Popular (Rebellato, 1986; Freire, 1970), Teoría de la Dependencia en
Sociología (Cardoso, Faletto, 1969), Investigación-Acción-Participativa (Fals Borda,
1967), Psicología Comunitaria (Montero, 2004).
A efectos de brevedad, diríamos que desde la Psicología de la Liberación
proponemos un trabajo de des-naturalización del “sentido común” en tanto significado
desde ideologías de dominación que deshumanizan la vida cotidiana. Hablamos de
des-ideologización frente a lógicas de opresión, de concientización de los procesos
que construyen el devenir de los Sujetos, su subjetividad y sus vínculos, sus instituidos
y posibilidades instituyentes, sus organizaciones y proyectos. Como dice Rebellato:
“La educación popular liberadora supone la constitución del sujeto popular en sujeto
de saber y de poder” (Rebellato, 2000: 51)

No se trata de abandonar la psicología; se trata de poner el saber
psicológico al servicio de la construcción de una sociedad donde la
realización de los unos no requiera la negación de los otros, donde el
interés de los pocos no exija la deshumanización de todos (Martín-Baró,
1985: 15).

Al psicólogo social le compete ayudar a desmantelar el discurso
ideológico que oculta y justifica la violencia, desenmascarar los intereses
de clase que establecen la inequidad social y las actitudes
discriminatorias, poner al descubierto los mecanismos y
racionalizaciones a través de los cuales la opresión y la represión se
legitiman y perpetúan. Además y en un sentido positivo, le toca ir
desentrañando con espíritu crítico ese nuevo “sentido común”, fruto de
la lucha y del sufrimiento compartidos (Martín-Baró, 1982: 26). 

No hay comentarios:

Publicar un comentario